Es imposible no echar la vista atrás y hacer un repaso mental de todo lo vivido estos últimos 12 meses. Te preguntas cómo han ido estos 365 días y deseas que los siguientes vayan a mejor.
Hace casi un año escribía acerca del 2017, y esperaba que fuera todavía más explosivo que el anterior. Supongo que en mi caso lo fue.
Y es que todos los años ocurren cosas maravillosas y desgracias horribles que- ambas por igual- han de ser vividas al máximo. Tenemos que aprender de cada experiencia y saber disfrutar aquellos momentos que nos llevan a la cima pues a fin de cuentas, la vida está lo suficientemente complicada como para no hacerlo, como para no vivir el presente. Además, no nos queda otra.
2018, tienes una pinta complicada, para qué engañarte. Pero al mismo tiempo, se prevén nuevas oportunidades. Porque si bien es cierto, algo que aprendí este año, por encima de todo, es a no medir la vida en tiempo sino en momentos… y querido 2018, pueden haber infinidad de momentos apasionantes en tu calendario.
Aprovechémoslos.
Muy cierto Marta! Cuanto más nos preocupemos por el paso del tiempo, de menos momentos podremos disfrutar!!!❤😆🎉
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Toda la razón! 🤗
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